miércoles, 24 de junio de 2015

Primera situación

La muchacha lo miro fijamente a su rostro, y tras una bocanada de aire dijo:
-En cierto modo, está bueno que nadie sea como vos. Sino la realidad sería una salvajada- Y se detuvo.
El muchacho miró sus ojos, como esperando la continuación. Su compañera, ante esta reacción, continuó:
-Imaginate a todas las personas respetándose, trabajando juntas con tal de conseguir objetivos comunes sin codiciar los bienes del otro; de hecho, tarde o temprano el ideal de bien debería resignificarse. Imaginate la eliminación de toda idea superior al humanismo puro; piensa en la presencia de los seres y en su total insignificancia frente a los cambios y al devenir de la existencia, que dialecticamente, lograría que todos se sientan 'super hombres' y puedan manejar el destino a su antojo. Imaginate un cambio de paradigmas mentales, donde todas las ideas de uniones deberían ser repensadas para adaptarse a una realidad nueva, que nada tiene que ver con lo planteado, ya que la simple concepción individualista ya no podría ser imaginada como algo verdadero, y sólo figuraría en la historia como "algo que nadie puede entender que haya existido, si es que alguna vez existió". Imaginate un mundo donde el poder deja de tener utilidad. Imaginate un paraíso... Ese sería el mundo si todos pensaran como vos-
-¿Y que tiene de malo vivir en un paraíso?- Respondió el joven, con un tono de voz irónico
-Nadie quiere vivir en un paraíso. Sería aburrido- Dijo la muchacha, que captó la intención de su interlocutor, acompañando su frase con una gran sonrisa que marcó en su rostro unos hoyuelos tan cálidos como el fuego que los acompañaba, y la sensación de calor que ambos sentían frente al otro.
El joven tomó su barbilla, apretó sus dedos contra su cabeza, rodeando el cráneo con el diámetro total de la mano, y luego de unos segundos de reflexión, acotó
-De hecho, un mundo donde todos pensaran como yo sería inconcebible en toda medida ¿Podes imaginarte un mundo en el que todos tienen un pensamiento cien por ciento crítico? ¿Un mundo en el que nadie puede atarse a ningún ideal, por más que este le cierre en un 99%?-hizo una pausa el muchacho, y tras una pequeña mueca cargada de carisma, finalizó- Pero creo que esto está lejos de la idea de salvajada, querida. 
Pensativa, ella rió. Amaba tener este tipo de charlas con su compañero, y le sorprendió ver que este interpretó la palabra salvajada justo como ella la pensó y usó; de hecho, no se sorprendió. Sabía que sus mentes eran hermanas, y que todo lo que uno dijera, el otro podría complementarlo, a tal punto que lo único diferente sería el cambio en la tonalidad de la voz. Tomó su cuello y dejó que la ahora oscuridad de la noche fundiera sus existencias, pero mucho más que intelectualmente.

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