jueves, 14 de junio de 2018

Bien por ellas

Bien por las pibas, que salieron a la calle y con presión social, armas del pueblo y de la clase dominada, lograron torcer la balanza y demostrar que se puede cambiar un poquito las cosas si se lo intenta.

Bien por los pibes, que se quedaron atrás; porque hay que acompañar, hay que bancarlas. Pero esto es suyo, nosotros somos espectadores del cambio que las pibas están dirigiendo. Difícil es llamarse feminista siendo hombre, y lejos estoy de adoptar dicha etiqueta, pero feliz lo hace a uno saber que el sexo femenino se levantó, y con una movilidad que trascendió los sectores populares, lo lograron.

Bien por ellas, que se pusieron el equipo al hombro, pidieron la pelota, y la clavaron en el ángulo. Porque sí, son mujeres, saben de fútbol, saben de economía, saben de salud, saben de todo. Porque ante una época que se demuestra austera desde múltiples perspectivas, quizás debamos dejarles a ellas la fuerza y la potencia de choque, y quedarnos nosotros con la calidez y la templanza... parece que les queda bastante mejor, y las saben utilizar de manera mucho más eficiente.

Bien por nosotros y nosotras, por los oprimidos y las oprimidas, que de oprimidos y oprimidas tenemos solamente el bolsillo, porque la cabeza está bien despierta. Y cuando los conflictos lleguen (que efectivamente, ya se instalaron) al seno de nuestra clase, de la clase mayoritaria, de la clase creadora, la clase inteligente, la clase no ignorante, la clase superior que realmente somos, aunque el Imperio y los medios de comunicación, esa manga de vagos, nos quiera hacer creer lo contrario, tenemos que saltar. Y si no sabemos saltar, primero habrá que caerse. Y cuando nos levantemos de la caída, con la lección aprendida y las experiencias y memorias a flor de piel, hay que pelear.

Y a vos, que estás del mismo lado de gente como Carrio, que se saca fotitos con cruces y en capillas para provocar, mezclando elementos que deben ser finalmente separados porque "Dios ha muerto", que elegís llamarte pro-vida demostrando la pobreza de tu formación filosófica y racional, con un concepto peyorativo y sañero, dejando del otro lado de la vereda a los "pro-muerte", te dejo con las palabras del Diego, porque citar a una figura tan contradictoria, polémica y amada y odiada en mismas cantidades, adorna una pequeña e intrascendente reflexión, alimentando esta bola de locura y esquizofrenia que llamamos vida, que nadie vigila y que se mueve a ritmo de nuestra propia irracionalidad, dando claramente una explicación de cómo pueden existir semejantes despelotes hermosos de seres humanos:

LA TENES ADENTRO
(Anda a saber que pensará el Diego del aborto...)

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